viernes, 21 de septiembre de 2012

El día de la primavera, ¿Es tan lindo como dicen?



Hoy amanecí pensando en este dichoso día y mis recuerdos me hacen juzgarlo como un día no tan lindo.
Por empezar, para muchos de nosotros comienza la temporada de 2 o 3 pañuelos. Es la temporada del polen, mosquitos, jejenes y demases cosas que a los alérgicos nos alegran la vida cotidiana.
No hay nada más lindo que en esta temporada te cruzas con la persona que más queres tener a tu lado y entablas una conversación casual y de repente ves como ella o el te miran al punto intermedio entre el labio superior y la nariz.
Cuando atinaste a pasar un dedo disimuladamente te percatas que tenes un caminito finito de “agüita”, la puta alergia hizo que tuviese una ligera perdida de líquido y ya quedaste para el orto porque al pasar el dedo la superficie aumento y te quedo un hermoso bigote brilloso, como un caminito de baba seca de una babosa o caracol. Una situación irremontable.
Para muchos de nosotros es un suplicio esta temporada.
Pero volviendo al 21 de Septiembre día de la primavera y del estudiante, que lindo… En este día que los tortolitos y arrimadores de amor ocasional aprovechan como los estudiantes para pasar el día en los sitios de reunión, en nuestro caso, en Santa Fe hay puntos tradicionales. Uno es el Parque sud, se jugaron para el nombre… (Esta ubicado en el extremo sur de la ciudad). Y las costaneras, tanto la vieja como la nueva, un marco excepcional al lado de nuestra querida laguna Setúbal.
Como la costanera se llena, decidimos que mejor es ir al parque con su hermoso lago, “sus chorritos de agua helada”, hermosa arboleda, pastito por doquier, asadores, sombrillas, etc, etc. Estamos convencidos de que es el punto ideal para llevar a nuestra amada o nuestra ocasional conquista y porque no, nuestro fatito.
Una vez decidido el lugar, armamos todos para el “piquiniqui” (Picnic), canastita de mimbre, platitos, vasitos, tupper con postre y las infaltables gaseosas o agua mineral (tamaño familiar, somos ratas y no queremos gastar más). También algún vinito, para bajar las defensas femeninas y poder hincar el diente, sino que gracia tiene “semejante gasto” y no obtener premio alguno.
Tenemos todo listo, ya es la hora de ir a dormir y pasar la noche intranquilo pensando como mierda va a ser el dia siguiente, en cuanto al clima se refiere.
Amanece y nosotros ya estamos despierto, mirando por la separación de las tablitas de la persiana de madera, como amanece el día. Por suerte para nosotros es un día espectacular, mucho sol y un calorcito interesante. Partimos rumbo a nuestro destino, primero por nuestra cita y luego al parque.
Llegamos y cual Indiana Jones en el amazonas, buscamos el mejor recoveco donde poder tener nuestro encuentro ideal. Haciéndonos los expertos, sanateamos a la Srta. en cuestión y damos mil explicaciones de porque ese lugar es el mejor. ¡ERROR!, vamos a pagar caro nuestra agrandada…
Dejamos nuestra canastita en el piso y sacamos un hermoso mantel blanco de algodón con unos finos bordados en mil hilos de colores, un puntito a favor porque la Srta. en cuestión lo miro y quedo sorprendida por el detalle. Mientras tanto, en nuestros pensamientos nos encomendamos a Dios y a todos los santos para que no le pase nada al mantel ya que si la abuela o madre propietaria de tal reliquia se llegase a dar cuenta que lo usamos o le hicimos algo, quedaremos en la calle, con el culo apuntando al Oeste del patadon que nos van a dar.
Desplegamos y acomodamos todo sobre el mantel e invitamos a sentarse en el piso a la Srta. y aquí empieza el largo problema que va a ser todo este día, la Srta. pensando de que íbamos a llevar algún silloncito o almohadón para ella, se puso esa pollera o pantalón que tan bien le queda y que jamás de los jamases pensó que iba a apoyar directamente sobre el pasto o césped, sabido es que ante la mínima presión estos “pelitos de la naturaleza” destiñen y pegan su verdor en nuestras prendas. Así que ya empezamos con la primera situación incómoda y nuestro Indiana Jones comenzó a deslucir.
Superado el primer escollo con chistes y comentarios graciosos, ofrecemos algo de comer o tomar, a lo que ella accede. Pues bien, como rayo recién caído, justo cuando extendemos la mano para agarrar el recipiente del líquido que ella eligió, pasa una pelota de futbol e impacta contra el recipiente, ley de Murphy. Cuando agarramos la pelota y nos disponemos a levantarnos y putear a los pendejos que osaron romperte las bolas, giramos la cabeza y resulta que los nenes son todos unos monigotes de 100 kgrs mínimo y el más chiquito mide 1,85 cm de altura, así que nos tragamos nuestro orgullo y puteamos por no haber mandado el cupón para el método de Charles Atlas.
Con nuestra mejor cara de estúpido, le devolvemos la pelota con la condición de que nos inviten a jugar y los pendejos te miran con el odio a flor de pestañas, pensando que no podes patear ni una bolsita de basura vacía.
Como buenos perdedores le sugerimos a la Srta. que cambiemos de lugar, a lo cual accede y otra vez el Indiana Jones que llevamos dentro nos hace hablar bondades del próximo lugar elegido.
¡ERROR! (¿Cuando aprenderemos a callarnos la boca?).
Encaramos y comenzamos a armar todo nuevamente, una vez sentados la charla se vuelve amena y se va allanando el piso para nuestro aterrizaje.
De pronto te das cuenta de que ya estas grande para estar sentado con las rodillas encogidas y notas que se te van durmiendo las piernas y antes que sea tarde te haces el boludo y las estiras disimuladamente, tratando de evitar el calambre.
Que feo cuando  tenes las piernas a punto de dormirse, empezas a sentir esta sensación de soda (agua gasificada) o el famoso hormigueo.
La puta madre no era sensación de hormigueo, eran hormigas de verdad que nos entran por todos lados, nos sentamos bien arriba de un hormiguero, seguro que de hormigas coloradas cosa de que piquen y hagan roncha enseguida.
Otra vez nuestro Indiana Jones, ya a esta altura desteñido como billete falso después del segundo lavado, decimos mover nuestro piquiniqui a otro lugar.
¿Aprendimos nuestra lección de no hablar del lugar y porque lo elegimos?
¡NOOOO!
Otra vez queremos impresionar a la Srta. y otra vez vamos a quedar mal…
Instalados en lo que creemos que es el lugar ideal, comenzamos nuevamente el flirteo, a esta altura ya se hace pesado como tratar de levantar una vaca con el dedo meñique. Tenemos menos chances de ganar a la Srta., que el Barça de Messi pierda 12 a 0.
Cuando elegimos este lugar no nos percatamos que al lado nuestro quedaba un grupito de estudiantes mujeres, de las más diversas edades y con las hormonas en franca ebullición como volcán activo.
Así que cada varoncito que pasa cerca o por enfrente de ellas, es comentado hasta el hartazgo y en ocasiones produce más humedad que el clima santafesino.
Así que entre griterío y griterío o suspiros, tratamos de arrimar la bocha pero no hay caso, el bullicio es tremendo.
Alejémonos, nuestra sugerencia y a esta altura ya acusamos recibo de lo malo que somos eligiendo el lugar y la Srta. se percata de nuestra hermosa cara de perdedores, restamos puntos a rolete.
Nuevo emplazamiento, nueva oportunidad de lograr algo ya paso más de medio día y nosotros con la mercadería sin vender.
Nos aprontamos a conquistar con nuestros mejores artilugios y tratando de cerrar el trato en las poquitas horas que le quedan al día, desplegamos nuestras mejores artes verbales conquistadoras y ¡CHAN!, cae un nuevo grupo con un hermoso equipo musical que por la potencia sonora serviría más para un estadio de futbol que para el uso familiar.
¿Y que música ponen?
Seguro la que más odias y menos soportas.
Así que otra vez, en offside…
Nueva movida y ya solo pensas en volver a tu casa y no importa que pase con la Srta., te queres ir a la mierda, de una.
Así que apurando el trámite, armas nuevo campamento y sacas el hermoso vinito que compraste para la ocasión, jugándote la última ficha para ver si pegas un pleno.
Todos listo para el brindis y se escucha un ruido seco, cuando miras te queres matar, un disco frisbee pego contra la botella de vino e hizo que se derrame por completo y te dejo el mantel de color bordo furioso y ya sabes que eso no sale mas y agradeces que por lo menos no lo perforo ya que ratoneaste con el vino por no gastar mucho.
Así que ya arruinado el día por completo, decidís emprender la retirada, todo picado, hecho un desastre, sabiendo que vas a quedar desheredado cuando vean el mantel y encima con hormigas en el culo, que se ve que se confundieron de hormiguero y se empecinaron en entrar a tu agujerito.
Entonces…
¿De que mierda me hablan que el 21 De Septiembre empieza la alegría?
Igual quiero desearles: ¡¡¡Feliz Dia De La Primavera!!!