jueves, 18 de agosto de 2011

Recuerdos


Anoche mientras realizaba la última tarea domestica comencé a recordar algo y me quede un rato en la vereda de mi casa pensando en tan lindos recuerdos. Hoy al levantarme, controlando el correo, decido entrar a mirar un poco mi muro y allí mi querido amigo José Beltramino escribió algo sencillo, muy tierno por cierto, que me hizo revivir un montón de recuerdos acerca de su padre.
El chivo era para muchos de nosotros un personaje de aquellos, siempre con buenas historias.
A raíz de esos recuerdos, comencé a pensar que solo tengo buenos recuerdos a lo largo de mi vida y ahí no más, me cuestione esto último. Así que me tome el trabajo de pensar un poco más las situaciones y es como que recordé tener malos recuerdos (si se me permite la redundancia).
¿Entonces porque solo vivimos de los buenos recuerdos?. ¿Recordar los malos, es de pesimistas?
¿Sera porque a toda costa nuestra mente “nos quiere hacer felices”?
¿Tendrá algo que ver con lo que leí alguna vez e que nuestra mente es como un gran armario lleno de cajones y solo podemos ocupar uno por recuerdo y que después  de un tiempo tiene que limpiarlo para poner otro más reciente ya que el número de cajoncitos está limitado desde que nacemos?
Entonces, ¿Yo soy un tipo feliz porque realmente vivo buenas situaciones o porque mi mente me hace creer que es así?
Si hago un balance, así rapidito no más, me da saldo positivo ya que me resultan muy convenientes los trucos de mi mente y la verdad es que esta bueno solo recordar lo más lindo, ahora mismo estoy teniendo excelente recuerdos de situaciones, de cuestiones amorosas, de reuniones con amigos.
Mientras escribo esto, me acorde de una charla casual que tuve con mi amigo Flavio a raíz del comentario del hermano de otro gran amigo. El Sábado se casó un amigo y en su fiesta nuestro grupo de amigos por un momento dejo a sus  esposas, mientras picábamos algo a la entrada de la fiesta y por un momento, Javier (el Hno. del que se casaba), creyó ver a los jóvenes aquellos que asistieron al cumpleaños de 15 de su hermana. Estoy hablando de 20 años atrás, mínimo. Ósea aquel grupito alborotador, liero, súper compañero.
Pero lo más curioso, que le contaba a Flavio, es que yo en mi festejo de cumple en una quinta en un momento determinado tuve una regresión a nuestra adolescencia al ver a mis amigos cuarentones jugar, correr, chapotear alrededor de la pileta. Por un momento volví a tener 15 o 16 años.
Esto es lo que me resulto curioso de que por un momento en particular, salten tantos recuerdos y la fiesta en particular fue un gran detonante de muchísimos recuerdos al ver a tantas personas después de muchísimo tiempo y compartir recuerdos.
Pero lo bueno es que la fiesta también sirvió para generar buenos y nuevos recuerdos, desde las lágrimas del Robert a las lágrimas del Pelado, pasando por el hambre atroz que nos hizo cuervear a una moza, la caída del “oso” y tantos otros. Pero el mejorcito vino al final, después de muchísimo tiempo de estar sin vida social, fui a una fiesta y me quede hasta que nos barrieron… prácticamente.
Hablando de recordar, también recuerdo vagamente la conversación con una amiga de la novia, alguien que controlo el tiempo dijo que estuvimos más de una hora hablando… Quisiera recordar de que hable, tanto, ya que apenas la conocí allí.
Qué lindo es recordar pero tiene su contra recordar, podemos caer en la desgracia de vivir de los recuerdos haciendo que todo el tiempo comparemos y nunca disfrutemos del presente.
Otra cosa que me gusta de los recuerdos está relacionado con la música, me resulta muy llamativo como por cada tema musical que escuchamos y que tiene que ver con los que conocemos o conocimos, nos saltan muchos recuerdos.
Esto es bastante general por lo que hable con algunos amigos, muchas veces ponemos música de nuestro pasado, lejano y reciente, y caemos en el precipicio de los recuerdos.
-          ¿Te acordas del tema de Phil Collins, “en el aire esta noche”?
-           Si, como que no, fue con el que me anime a encarar a una señorita para mi primer baile lento.
-          ¡Ja! ¡Qué loco!. Eso fue hace 25 años atrás… Es más la señorita en cuestión se llamaba…
¿Cuantas veces muchos de nosotros en una conversación, relacionada con la música, escuchamos cosas similares?
Es buen ejercicio recordar lo bueno, hace pasar un poco mejor la vida pero también es bueno recordar los malos. Nos convierte en mejores personas al superarlos ya que sin dificultades el hombre no crece como ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario