jueves, 22 de septiembre de 2011

Historia


En una noche particular en los parajes de sisterhood, donde la luna llena colmaba de luz hasta los rincones más esquivos, en la pequeña aldea, en la vivienda de aquel hombre que dormía plácidamente algo se apodero de su cuerpo y de su mente. De repente el cuerpo comenzó a temblar, a tener movimientos nerviosos, bajo los parpados cerrados se podía observar el movimiento incesante e inquieto de las orbitas oculares. Estaban buscando fijar la vista en algo aun sin ver, de repente, como un rayo furioso aparto sus pieles que oficiaban de abrigo de sus sueños de guerrero de la noche, corrió hacia la puerta no sin antes tomar su espada y apenas calzarse como para salir a pelear contra algo que no tenía ni idea de que podía ser.
Sus músculos entumecidos, comenzaron a recibir la carga de adrenalina necesaria como para sentir la necesidad de correr y así lo hizo. Corrió, corrió hasta que sintió que su cuerpo parecía estar en llamas y el combustible se agotó.
Cuando tomo conciencia de lo que pasaba se encontró en el medio del bosque de las brujas sin ojos y el bienestar mezclado con euforia que hasta ese momento lo habían poseído, comenzó a ceder ante el miedo que crecía dentro de él.
De repente observo que decenas de ojos diminutos y brillantes, parapetados detrás de cada árbol o planta que lo rodeaba, estaban posados en él. Como su miedo era inmenso, su cuerpo dejo de responder a sus deseos de salir raudamente de allí.
Como acto reflejo tomo su espada y adopto posición de guardia ante lo desconocido, pensó que era algo en vano, pero decidió que no iba a entregarse fácilmente a quien quisiera llevárselo debería pelear y hasta quizás morir por ese botín sin cotizar.
En ese preciso momento un rayo de luz impacto en el claro donde estaba parado dejándolo ciego, por instinto movió su espada como queriendo impactar a lo que se acercara, sin obtener ningún resultado. Haciendo un rápido repaso de su vida decidió que allí concluiría su historia sin embargo la luz comenzó a disminuir su intensidad dejándole apreciar que algo estaba a unos pocos pasos de distancia. A medida que la luz descendía, notaba que el ser parado en frente de él tenía una figura semejante a una mujer, cuando pudo hacer foco noto que era una hermosa hembra de la raza de los elfos, su largo, hermoso y lacio pelo blanco apenas cubrían un cuerpo desnudo pero no tanto como para que el notara que esa piel blanca se asemejaba mucho a una hembra humana.
Cuando la luz termino por desaparecer y la luna con su luz fue reina otra vez, el quedo cara a cara con la elfo, ella se acercó lo suficiente como para que el pudiese apreciar semejante belleza.
Atónito ante ese ser desconocido y que solo sabía de su existencia por viejas leyendas que se contaban en las festividades de la pequeña villa alrededor de una hermosa fogata que siempre fue acompañada por los mejores vinos del rey, decidió preguntarle que deseaba.
Ella extendió su brazo y señalo la montaña que está detrás del valle de la muerte, no pudo comprender e insistió con su pregunta, la cual fue respondida de igual manera.
Sin comprender el porqué de su acción, giro su cuerpo y comenzó a marchar hacia la dirección señalada, entonces noto que los ojos que lo observaban comenzaron a tomar formas de seres desconocidos, así fue que noto que eran hadas, enanos y duendes. Las miradas tenían una mezcla de admiración, incógnita y miedo. Entonces decidió hacer caso omiso y seguir su marcha hacia el punto señalado.
Camino incesantemente durante toda la noche, con los primeros vestigios del amanecer freno su marcha y se tiro bajo la acogedora sombra de aquel frondoso árbol. Una vez que procuro un descanso lo suficientemente reparador, emprendió su misión nuevamente, aun sin saber que lo motivaba.
Una vez que hubo arribado al valle de la muerte, comenzó a preguntarse como haría para cruzarlo sin perecer en el intento. Ya decido a cruzar  sin medir las consecuencias reales, algo lo freno, tomándolo por la correa de la funda de su espada. Gira sobre sus pies y ve una increíble amazona que lo retiene. Ella le advierte de los peligros del valle y aun así el decide cruzarlo.
Cuando pisa el límite del valle con la planicie posterior a la gran guerra, se da cuenta de que miles de hechizos protegen el camino hacia la gran montaña. Las dudas comenzaron a florecer nuevamente.
Fue en ese momento que decidió regresar y ante su intento apareció Yorkeshibar, el amo de las catatumbas y bajo amenaza de muerte le dijo que no podía retroceder. Él debía terminar su misión, para así liberar a Brunehead de la poderosa maldición que le impedía reinar y llevar la paz al mundo conocido.
Pero él no quería, ya que una vez que hubo recuperado el mando de su cuerpo se daba cuenta a todas luces de que aquello era una misión suicida y que no tenía una mínima posibilidad de llevarla a cabo con éxito.
Entonces cuando tomó la determinación de girar sobre sus talones y emprender el regreso a su añorada villa, fue que sintió un fuego interior que nacía desde su espalda hasta su pecho. Por un momento pensó que era el sentimiento de cobardía, luego que eran los antiguos espíritus que no lo dejaban volver, pero una vez que miro a su pecho pudo ver la punta de la lanza de Yorkeshibar construida con el fuego del Averno que lo estaba atravesando. Intento tomarla y sacarla de su cuerpo por instinto pero el ser furioso la giro de manera tal que era imposible llevar a cabo la remoción.
Cuando se dio cuenta de que allí concluiría su vida, miro al ser mitológico y le pregunto ¿Por qué?.
El solo respondió de manera muy sencilla: 
- Fuiste elegido y tu miseria mezclada con cobardía impidió que el mundo conocido tuviese paz y a los dioses no le gustan los humanos que rechazan misiones tan importantes. Por ello no tienes el privilegio de vivir y ser feliz.

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